Descubrir un lugar, observar sus colores, danzar. Fundirse juntos . Acariciar las ramas del olivo qua ha vivido siglos.
Vivir las alegrías de un nuevo pueblo o dirigirse hacia desconocidas rutas
reencontrándose en escenarios sin tiempo. Manana en cambio.
En los alrededores el mar y las maravillosas escolleras de Polignano o de la costa barese, los trulli de Alberobello, los paisajes del valle de Istria, las grutas de Castellana, Ostuni ciudad blanca, Castel del Monte, las piedras di Matera, el Salento, las granjas, las iglesias rupestres.